Cuando Rubén Alfaro, alcalde de Elda, al término de una charla circunstancialmente cruda, me ofreció en desagravio su apoyo para organizar una actividad montañera, estoy seguro que nunca llegó a pensar que mi propuesta en favor de una jornada de montañismo solidario, iba a emprender el camino serio que ahora pretendemos. Es comprensible, pues tampoco entonces, imagine que él pudiera alcanzar tanta implicación, hasta que le vi tirar de la joëlette, como el que más, por los empinados senderos de la montaña.